Las canicas

Uno de los juegos que más me entusiasmaba cuando pequeño era el de las canicas. Disfrutaba mucho salir al solar con mis amigos, pintar una raya y hacer un agujero en el suelo, y pasar toda la tarde haciendo correr y chocar las canicas. Los juegos eran muy diversos y en ocasiones dependían del ingenio para recordar reglas en los momentos precisos. Todos teníamos nuestro “tirito”, que era la canica preferida para hacer los tiros más arriesgados. También había diferentes formas de tirar las canicas, aunque la más común era ponerla sobre el índice e impulsarla con el pulgar, ya sea con la uña, tirar “de uñita”, o con la coyuntura, tirar “de huesito”. Algunos incluso ponían la canica en el suelo y la tiraban con uno de sus dedos.

A las canicas también se les conoce como bolitas, cuicas, bochitas o simplemente bolas. Canicas hay de barro, de piedra (mármol), de metal y las más conocidas, las de vidrio. Para hacer canicas se ocupa un horno a más de 1200°C, que durante varias horas funde el vidrio. El vidrio fundido se corta y se coloca sobre unos rodillos que darán la forma esférica que se necesita. Aunque las más complejas, con colores y formas internos, casi siempre se hacen artesanalmente en un proceso de varios pasos.

Espero que recuerden con alegría todas esas horas de diversión que pasamos jugando con canicas cuando niños. Y que no dejen de contarles y de jugar con sus hijos este hermoso juego de habilidad, de frases ingeniosas y de reglas dispares.

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