Todos nos hemos quejado alguna vez del carácter o el ánimo de los adolescentes. Hay razones para la conducta y la forma de ver el mundo durante esa parte de nuestras vidas, quizá es difícil recordarlo pero todos hemos pasado por esa edad. El cerebro de los adolescentes sí difiere del de los adultos. No es casual que sean menos conscientes de los riesgos y que, en ocasiones, sean imprudentes. Además, regularmente magnifican lo que los demás piensan de ellos.

Estos fenómenos encuentran sentido en la psicología. A uno de ellos se le conoce como audiencia imaginaria, que consiste en que el joven siente que las personas están atentas a todo lo que dice y lo que hace. Por otra parte, también perciben que a ellos no les pasará nada malo, hay una sensación de invulnerabilidad: si alguien fracasó en los estudios o si fue asaltado en la calle, eso no les sucederá a ellos. Esta característica se llama fábula personal. Los dos rasgos desaparecen o se atenúan con la edad. Así que, a partir de conocer estas circunstancias, seamos un poco más comprensivos con los jóvenes en esa etapa de su vida.