Dolor de espalda

El término médico para el dolor de espalda baja es lumbalgia. Se trata de un dolor que va acompañado generalmente de inflamación y tensión en los músculos de la zona lumbar –la que está entre los costados y los glúteos. El dolor de la espalda puede extenderse hacia la pierna del mismo lado del dolor, lo que se conoce como ciática. Algunas estadísticas reportan que 8 de cada 10 personas sufren de lumbalgia en algún momento de su vida. Un 90% se recuperará en un lapso no mayor a dos meses.

Para tratar el dolor de espalda se debe mantener el mayor grado de actividad posible y evitar el reposo prolongado en cama. El reposo sólo está indicado para los primeros cuatro días, cuando el dolor puede ser severo. Para la ciática no se ha encontrado diferencia alguna entre el reposo en cama y la actividad. Casi siempre el dolor de espalda es el resultado de las degeneraciones de los discos intervertebrales, que sirven como amortiguadores durante los movimientos de la columna, por ejemplo cuando caminamos. Al ir envejeciendo se van produciendo fisuras y grietas en los discos intervertebrales, lo que produce hernias que, debido a la compresión de una raíz nerviosa, generan dolor, sensación de entumecimiento y disminución de la fuerza.

La mayoría de los casos se resuelve satisfactoriamente con medicamentos u otros tratamientos no quirúrgicos. La cirugía está indicada en muy pocos casos. Puede ser necesaria cuando se presenta paresia –parálisis parcial– progresiva, incapacidad de controlar la orina o la materia fecal, o síndrome de cauda equina –ocurre cuando la hernia de disco presiona las raíces nerviosas provocando parálisis del intestino y de la vejiga.

Para evitar el dolor de espalda es recomendable –como ya se ha dicho– mantenerse físicamente activo, de manera que se logre evitar el sedentarismo. También es necesario mantener una postura adecuada al llevar a cabo las actividades cotidianas, para evitar forzar la espalda.

Para aliviar el dolor se pueden utilizar analgésicos y antiinflamatorios,  así como relajantes musculares. Estos medicamentos ayudan a mejorar la capacidad funcional de la persona mientras se va reduciendo la lumbalgia. Sin embargo, no debemos olvidar que cualquier fármaco debe usarse con precaución.

Dar masajes o aplicar calor en la zona de dolor sirven para tratar el dolor agudo pero no son útiles a largo plazo. El uso de corsés u otro tipo de sujeción lumbar puede ser perjudicial ya que puede provocar atrofia muscular –disminución del tamaño de los músculos.

La acupuntura es otro recurso ampliamente utilizado para curar el dolor de espalda. La verdad es que los ensayos clínicos que se han realizado para valorar su efectividad han arrojado resultados inciertos, por lo que no se recomienda para el dolor agudo o el dolor crónico.

Si el dolor intenso dura más de unos diez días se debe acudir con un especialista.

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