Adopta un árbol

El árbol ha sido de tal relevancia para el hombre que no sólo tiene un notable papel en la preservación del medio ambiente, también ha sido utilizado como símbolo en varias religiones, en las que se le ve como la columna que atraviesa el inframundo, el mundo terrenal y el cuerpo celeste. Asimismo, con frecuencia se le ve formar parte de los escudos de apellidos provenientes de lenguas romances. Tan apreciado es este ser vivo que se le menciona en el famoso dicho de José Martí, donde se destacan tres cosas para hacer en la vida: plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo.

Tal vez el árbol no puede ladrar ni dar la patita como un perro, pero sin duda es muy gozoso verlo crecer y hacerlo nuestro compañero de vida. Además de ayudar a combatir los graves problemas en materia ecológica que son cada día más preocupantes.

El mismo gobierno ha tomado cartas en el asunto al realizar jornadas nacionales de reforestación. En estas campañas participan miles de mexicanos preocupados por la preservación de los entornos naturales del país.

Varios de los beneficios propios de los árboles son que favorecen la presencia de agua y la canalizan hasta las partes más profundas del suelo; generan oxígeno gracias al proceso de fotosíntesis que realizan; evitan la erosión del suelo al mantenerlo estable y evitar su arrastre a otros sitios; proporcionan leña, carbón y madera; retienen algunos contaminantes ambientales; reducen el calentamiento global al atrapar el bióxido de carbono, y proporcionan hogar y alimento para otros seres vivos.

Se tiene noticia de que los primeros árboles datan de hace 380 millones de años, cuando los vertebrados comenzaron a salir de los mares para colonizar la superficie. Otros datos interesantes sobre estas plantas arrojan por ejemplo, que varios árboles gingko biloba sobrevivieron al estallido de la bomba atómica en Hiroshima; que existen algunos, los más altos, que superan los 100 metros y los más longevos viven más de 4 mil años. Hasta 1973, en el desierto del Sahara, existía una acacia conocida como el árbol de Ténere alejada por 400 kilómetros de cualquier otro árbol, era el más aislado de todos los árboles conocidos; pero murió tras ser golpeado por el conductor de un camión en estado de ebriedad.

Adoptar un árbol no representa dificultad. Lo más complicado es destinarle un espacio en casa hasta que alcance los 20 centímetros de altura. Después ya se puede plantar en el exterior y la naturaleza seguirá su curso. Sólo se debe estar pendiente de que no sea dañado por otra persona.

Para plantarlo en el espacio que vaya a ser su hogar permanente se deben seguir los siguientes pasos: se afloja la tierra hasta unos cuarenta centímetros de profundidad y también a lo ancho, en el centro del terreno aflojado se hace un hueco tan grande como la raíz del pequeño árbol, se le coloca sujetándolo por el tallo y con cuidado para no dañarlo, se cubre la cepa con tierra, y se compacta ésta con pies y manos sin dejarla demasiado apretada.

Ahora sólo falta esperar y verlo crecer. Será un fiel amigo que puede brindar refugio ante la lluvia y el sol, que ofrecerá cobijo para leer cómodamente en el día y que nos aceptará sin importar nuestro humor. Además, por si fuera poco, habremos cumplido con una de las cosas que hacer en esta vida: sembrar un árbol.

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