El balero es un juguete que consiste en una esfera o mazo –con un agujero en el centro de aproximadamente 3 a 5 cm de profundidad– que está sujeta por una cuerda a un palillo o madero delgado. Se sostiene el palillo y con un movimiento del brazo se lanza el mazo al aire y se intenta a su caída ensartarlo en la punta del palillo.

Se pueden realizar diferentes suertes, que implican habilidad y destreza para lograrlas. En ocasiones, se inicia con el mazo en el palillo antes de lanzarlo al aire. Otras veces, dependerá de las vueltas que tiene que hacer el mazo antes de caer ensartado. Para lograr cada suerte se necesita de práctica y paciencia.

Si bien su origen no es claro, sabemos que fue popularizado en Francia por el rey Enrique III, que acostumbraba jugarlo mientras daba paseos por sus jardines. Muchos de sus súbditos jugaban el bilboquet –nombre en francés– para imitar a su rey.

Este juguete recibe muchos nombres: en Argentina y Perú, balero, boliche; en Bolivia, choca; en Brasil, bilboque; en Chile, emboque; en Colombia, Costa Rica, España, Puerto Rico y Venezuela, boliche; en Colombia y Venezuela, coca; en Ecuador, México y Uruguay, balero; en El Salvador, Guatemala y Honduras, capirucho; en Cuba, hoyuelo; en Paraguay, balero y bolero; en Portugal, bolicho; en Francia, bilboquet; en Japón, kendama.

Es un juguete que ofrece mucha diversión si estás solo o acompañado, aunque siempre es recomendable que juegues al balero con suficiente espacio para no golpear a personas ni romper objetos frágiles.