Mi abuelito es muy chistoso, me cuenta historias viejas y bonitas. A veces es un poco mentirosillo porque me dice que naufragó, y que hubo una tormenta, y que él y otros se cayeron del barco donde iban, y que había tiburones y que ya mero se lo comían, y que fue a quedar a una isla desierta, y que después lo fueron a rescatar a él y a los otros. Eso yo no se lo creí.

Mi abuelito dice que él jugó carreras a caballo, y que también jugó tenis. El dice que ganó muchos trofeos. Yo le digo:

            -Abuelito, ¿dónde están tus trofeos?

            -¡Ay, hijita! Se los llevó mi abuelito.

            Y yo le digo:

            -¡Ay, abuelito, tan mentiroso!

            Y dice:

            -¡Ay, hijita! Ahora a los niños ya no se les puede mentir.

Mi abuelito me cuenta historias interesantes, como quién descubrió América, quién inventó la televisión, quiénes fueron los que fueron a la Luna, etc. Mi abuelito me cuenta en que año nació, cuándo empezó a caminar, y me cuenta también de mi abuelita.

Mi abuelito dice que antes todo era difícil, todo barato y que antes no salían a divertirse  ni nada. Mi abuelito dice que ahora todo es diferente, todo es bonito y caro, y que ahora todos salen a divertirse aunque sea un día a la semana, dice que hoy la vida está muy modernizada.

P. O. V. G., niña de 11 años, cursaba 5º de primaria en la escuela Colonia Obrera, Monclova, Coahuila, cuando escribió este texto.